GESTIÓN DE CAMBIO ORGANIZACIONAL

GESTIÓN DE CAMBIO ORGANIZACIONAL

Autor: José Antonio García - The Learning Group.


¿Cómo puedo adaptarme al ritmo que el mundo actual espera de una persona exitosa o de una organización sobresaliente?

 

Frases como “lo único permanente es el cambio”, “el cambio es una constante que no cambia”,         “al que no cambia, lo cambia el cambio” y otras más asociadas reconocen el hecho de que las personas y las organizaciones están en constante cambio; estos cambios pueden ser producidos como producto de una visión de futuro, insatisfacción con el estado actual de las cosas, o sobrevivencia, sea cual fuere la fuerza impulsora, el cambio está presente.

El enfoque estratégico, la diversificación, el crecimiento, la expansión, fusiones, adquisiciones, son acciones que seguramente en algún momento de las organizaciones estarán provocando la incorporación de cambios.

El tema pasa porque raras veces se ve como un proceso, proceso que debe ser sistemático, planeado, intencional, y se descuida su adecuada gestión, siendo que como apunta un autor “el cambio no se hace con las personas, se hace a las personas” resulta de vital importancia un manejo apropiado de las acciones que redundan y que son consecuencia de estos cambios.

Regularmente, los cambios suceden sin mucha atención de los actores y las diferentes fases de un proceso se violentan, consecuentemente los resultados no son los esperados por factores de sorpresa, aumento de carga de trabajo, nuevos ambientes desconocidos,  condiciones de trabajo diferentes, no dar tiempo al proceso de duelo, y otros que repercuten en las personas y en las acciones relacionadas.

Regularmente se asigna la responsabilidad a los departamentos de recursos humanos, gestión humana, talento o como se les llame, pero no siempre quienes ocupan posiciones en estas áreas están preparados para liderar efectivamente los cambios.

Para vivir un proceso de cambio de manera adecuada se debe contar con el compromiso de toda la organización, especialmente de los niveles de dirección, se deben considerar especialmente a los líderes positivos, a los promotores organizacionales, a los que bien los llamaba un antiguo gerente general como los “alborotadores” organizacionales.

Lo más importante es identificar claramente las causas del cambio y las consecuencias que este traerá, para especialmente estas últimas tenerlas bajo control, es primordial considerar al líder del proceso de cambio, tener un plan prefijado, flexibilidad antes los imprevistos y comunicar eficientemente.

Existen varios modelos de implementación del cambio organizacional, todos coinciden en que se debe implementar de manera “inteligente” no dejar al azar las condiciones y especializar a los gestores de estos procesos, no se puede ni se debe improvisar, esto no cabe dentro los acontecimientos que originan el cambio y que dan como resultado una nueva manera de ser y de hacer.

Particularmente me parece acertado el concepto de cambio identificado como “la capacidad de adaptación de las organizaciones a las diferentes transformaciones que sufra el medio ambiente interno o externo, mediante el aprendizaje.” En su entendimiento le agregaría a propósito que es la capacidad organizacional mediante el aprendizaje continuo.

Debemos tomar a otro autor que dice que “la única persona feliz con el cambio, es un bebé con los pañales mojados”, como consecuencia siempre vamos a tener una serie de reacciones humanas ante el cambio, resistencia en la mayoría de los casos, oposición en una minoría, y lo más importante es que se debe accionar para evitar por sobre todo la incertidumbre que esto provoca, ante no saber qué va a pasar o que se va a hacer, el ser humano se pone a la defensiva y normalmente, decae la productividad mientras “el asunto” se resuelve.

Entonces podemos concluir que es necesario contar con personas y herramientas que garanticen una adecuada gestión del cambio en las organizaciones, líderes de cambio que sean conscientes de sus roles y responsabilidades, de la gente, de los procesos y de los sistemas, pues podemos aseverar que un proceso de cambio afecta positiva o negativamente a la organización completa en forma integral.

El éxito en estas situaciones depende de una apropiada gestión del proceso, administrar el cambio no es improvisación, tal como lo menciono con anterioridad, es un efecto de acciones sistemáticas, planeadas e intencionales.