“Lean Thinking”: más beneficios con una reducción de costos

El Pensamiento Lean (“Lean Thinking”) surge alrededor de la compañía Toyota. En la época de la posguerra, para construir una fábrica de automóviles en Japón la empresa disponía de un espacio reducido debido al elevado precio de la tierra. Esto, aunado a una menor demanda de vehículos, hizo que las cosas no pintaran nada bien para el espíritu competitivo de la marca. 

Sin embargo, tenían el capital más importante: el humano. Especialistas como William Edwards Deming, experto en calidad; Taicchi Ohno, ingeniero japonés conocido actualmente como el diseñador de la producción “justo a tiempo” de Toyota; Shogeo Shongo y Eiji Toyoda, entre otros, destacaban por sus conocimientos y su empeño por buscar competir con mercados como el de Estados Unidos.

Estos pioneros no se quedaron con los brazos cruzados y empezaron a visualizar las cosas de una manera distinta. Con diferentes técnicas aplicadas optimizaron el proceso de producción y administración de inventarios. Así surge el Pensamiento Lean.

Más adelante, a finales de los ochenta, los estadounidenses finalmente se dieron cuenta que Japón lo estaba haciendo mejor que ellos y se preguntaron qué estaban haciendo ellos mal y qué hacían los japoneses de forma acertada. Fue así como un equipo del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), conformado por James Womack, Daniel Jones y Daniel Roos, viajó a Japón para averiguar qué estaba pasando con la industria y ver cómo emular sus técnicas. 

A partir de su experiencia y tras una investigación de varios años, los académicos escribieron el libro “The machine that changed the world”, que cuenta la historia de la producción Lean, el arma secreta de Toyota para competir en la industria global de automóviles. Esto abrió una nueva etapa para los sistemas productivos y permitió que se popularizara el término Lean, asociado con la producción y el pensamiento.

El Pensamiento Lean es una filosofía que propone la generación de mayores beneficios utilizando menos recursos. Todo lo que no genera valor es considerado como desperdicio. Se trata de aquellos procedimientos que solo incrementan los costos y generan ineficiencia al proceso de fabricación del producto. Algunos despilfarros comunes están asociados con el mantenimiento de inventarios excesivos, el transporte innecesario o la poca optimización de recursos y tiempos de espera. Suena fácil pero se debe hacer un análisis profundo para determinar cuáles recursos pueden ser prescindibles. 

El Pensamiento Lean se ha convertido en un vocablo universalmente aplicado para hacer referencia tanto al incremento de valor como a la reducción de desperdicio en la fabricación de un producto o en los procesos empresariales. El concepto se ha desarrollado en grandes compañías internacionales, con el objetivo de alcanzar mayores niveles de rentabilidad y compatibilidad. Su éxito se ha expandido por todo el mundo.

Aplicación práctica del Lean

Marco Cotton cuenta con 25 años de experiencia en la industria textil en Guatemala. Como presidente de diferentes empresas ha logrado aplicar el Pensamiento Lean, lo que le ha permitido conseguir resultados óptimos. Consolidar esta serie de técnicas le ha ayudado a identificar de forma eficiente dónde está el desperdicio en los procesos y recursos y cómo eliminarlo.

“El área en donde encontré más eco en la empresa es en el de operaciones; es normalmente la que consume más recursos y por donde se debe comenzar a aplicar el Lean”, asegura Marco Cotton. Así ha alcanzado reducciones del 30 por ciento en costos de operación y del 40 por ciento en espacio físico, así como una disminución del 25 por ciento en el ciclo “cash-to-cash”. De esa manera y con esos indicadores, explica, una empresa se vuelve más atractiva y competitiva. 

El experto comenta que los fundamentos de Lean buscan entender el estado actual de las operaciones para poder plantear un sistema óptimo, luego hacer un análisis de cuánto tiempo se requiere para llegar a lo óptimo y finalmente diseñar un plan para aplicarlo. Marco Cotton señala que es importante que este proceso sea acompañado por un plan educativo para dar a conocer la metodología a profundidad a lo interno de la empresa. 

“En el mercado hay cursos introductorios para gerentes sobre el Pensamiento Lean, pero generalmente este no se aplica porque se desconoce que existe una técnica real y efectiva en el ahorro de costos”, finaliza.

Susana Portillo / The Learning Group
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